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miércoles, 9 de septiembre de 2009

1950: Mejoran las relaciones entre España (Franco) y Cuba (Batista). (Ultima parte)

Los periodistas españoles que se encuentran en La Habana con motivo de estos eventos culturales, depositaron una corona de flores en el monumento al héroe cubano José Martí, con motivo del aniversario de su muerte. Acompañaron a los periodistas hasta el parque Central, donde se halla dicho monumento, el secretario de la Embajada de España, Fernando Moreno, y el agregado de prensa en la misma, Sr. Capdevilla. Asimismo visitaron las instalaciones de la emisora cubana Radio Centro[16].

En aquellos momentos se encontraba la poetisa cubana Dulce María Loynaz, en unión de su esposo, el tinerfeño Pablo Álvarez Cañas, que se suma a estos agasajos con motivo de la II Bienal de Arte.[17].
En este mismo rotativo, al día siguiente, aparece una amplia noticia procedente de La Habana por el Servicio Especial de crónicas Efe, procedente de United Press, en la que se informa sobre lo siguiente: “Un grupo de personalidades cubanas representantes de los más variados sectores de la opinión pública y de las actividades sociales, ha redactado un manifiesto en el que se trata de enfocar el momento actual del Mundo y de fijar normas ideológicas y prácticas para situar correcta y útilmente a Cuba en el concierto mundial”. El manifiesto en cuestión “no pretende refutar otros criterios, ni abrir una polémica innecesaria; se limita e exponer con espíritu afirmativo, el punto de vista de un grupo de cubanos a quienes les preocupa el sesgo de los acontecimientos internacionales y la necesidad de reaccionar contra ellos de forma adecuada”.
Comienza el citado documento en recordar que la Unión Soviética después de la Segunda Guerra Mundial “aprovechó su poderío militar para invadir y sojuzgar naciones libres de Europa y Asia, convirtiendo en satélites a pueblos valerosos pero inermes e impotentes ante aquellos gobiernos títeres manejados desde la política comunista de Moscú. Entre tanto los “quintacolumnistas” de los partidos comunistas locales, esparcidos por todas partes, cumplen ciegamente las consignas soviéticas para minar desde dentro los regímenes no comunistas preparando así el terreno para la llamada “revolución mundial”, que no es otra cosa que la conquistas del mundo por la URSS”. Señala, el mencionado manifiesto, a continuación que: “América es uno de los más sólidos baluartes de la cultura occidental y que en todos los pueblos que la integran hay firme voluntad de conservar este núcleo de valores espirituales e incluso en el caso improbable que Europa renunciase a su propia defensa. Pero la seguridad continental, la eficacia en la lucha contra la agresión, exige cierta unidad estratégica, perfectamente compatible con la independencia y el modo íntimo de ser de cada república americana”. Y esta unidad se pone en peligro cuando se suscitan conflictos entre nuestros pueblos, cuando se agitan anacrónicamente consignas que el comunismo utilizó en otra época y ahora ha vuelto a poner en juego para enfrentar a unos países contra otros especialmente contra los Estados Unidos el baluarte de la libertad. Otras veces por ingenuidad o mala fe, se subestima la amenaza soviética y se trata de hacer creer que la situación actual es el resultado de una querella entre dos grandes potencias, Estaos Unidos y la URSS, en la que no tienen por que sentirse comprometidas las demás naciones de América.
Es evidente que la política soviética tiende al aislamiento de los Estados Unidos, separándolos, tanto de los pueblos de Europa como de los americanos y su propaganda enarbola para ello, el viejo slogan del antiimperialismo, pintando a Norteamérica como si fuese una réplica de la Unión Soviética en esta parte del Mundo. “Es la gran pugna presente, – dicen los firmantes del documento – los Estados Unidos marchan por necesidad histórica ala cabeza de los pueblos libres. El reconocer esta realidad nos parece fundamental para la defensa del Continente. Ignorarla o tratar de debilitarla por viejos o nuevos resentimientos o por razones que nada tienen que ver con la gran razón del peligro común, es hacerle el juego a los quinta columnas del régimen comunista en su labor de zapa”. Y termina diciendo el citado manifiesto: “La defensa de la civilización a que pertenecemos, la protección moral y material de nuestros pueblos, es asunto de tanta importancia y urgencias que no admite posturas equívocas. Creemos con ello cumplir un deber de cubanos y de americanos, al denunciar esta estratagema y exhortar a todos los hombres de América libre, para que, sin recelos ni antagonismos, se mantengan unidos en esta cruzada por la democracia, la libertad, la justicia y la dignidad de los pueblos[18]”.

Este protagonismo cubano denota excelente salud política e incluso cultural, del régimen de Batista en los ámbitos internacionales, según analizamos en la prensa canaria editada en el momento.

Pero mientras el mandatario cubano preparaba las elecciones generales programadas para el mes de noviembre de 1954, con todas las trazas de unos comicios fraudulentos, con el voto asegurado de sus allegados, otro gran sector del pueblo cubano formado por políticos, en principio, honestos y sobre todo por aquellos que aspiraban a conformar una oposición revolucionaria e insurreccional. Esta actitud de la mayoría de las fuerzas vivas de Cuba, en aquel momento, en especial la juventud y la masa salarial, rechazaban la idea de unas elecciones que sabían amañadas "a priori".
Batista sólo admitía su continuidad en el poder, por lo que no aceptaba soluciones de carácter democrático con participación de todos. Esa animosidad hacia el más que nominado dictador por la historiografía cubana actual, contribuyó a la radicalización del proceso. De hecho, los políticos soberbios y reaccionarios, ayudan a la consolidación de las revoluciones cuando se niegan a dar soluciones a los problemas institucionales que demanda el propio pueblo al que dicen servir. Lo único que logran con su terquedad es acelerar los cambios que son, precisamente, lo que logró Fulgencio Batista con su terca arrogancia al precipitarse los acontecimientos.

En noviembre de 1954, a los dos años y medio de llevado a cabo el golpe de Estado, Batista resultó "electo" en las anunciadas elecciones, con la abstención de una mayoría silenciosa que rechazó de esta forma su amañada victoria. La euforia del presidente demócrata para mejorar su imagen fue la amnistía para Fidel Castro y los demás presos políticos, especialmente a los encausados por los sucesos del 26 de julio de 1953, sin condiciones.
El 15 de mayo de 1955, después de casi dos años de cautiverio, Fidel y sus compañeros abandonan el Presidio Modelo de Isla de Pinos, trasladándose a la localidad de Batabanó donde fueron recibidos por una gran multitud que les aclamaba. El que pasaría a llamarse Movimiento 26 de Julio, acuñado durante su estancia en prisión, por unanimidad de todos, sería el grito de guerra para triunfos posteriores. Una de sus primeras misiones se encaminaría a desacreditar el régimen “batistiano” y a sus hipócritas manifestaciones falso democráticas, para demostrar al pueblo cubano que con las recientes elecciones no se resolvería ningún grave problema de Cuba, y que las instituciones actuarían igual que a raíz del golpe de 1952. Para ello agotarían las posibilidades de lo que dieron en llamarse vía cívica[19]”.
Extracto de tesis Doctoral, publicada por Servicio de Publicaciones de la Universidad de La Laguna, Canarias-España
Miguel Leal
Ed. Periodismo Histórico S.L. u
Email: Periodismo_Histórico@ono.com

[16] Ibídem, 21, p.5, y alude, con enorme protagonismo, a periodistas españoles en La Habana con ofrenda a la figura de Martí, así como a Dulce María Loinaz.
[17] Ibídem, p.5
[18] Efe, 21 mayo, corresponsal desde La Habana para prensa española, entre otras.
[19] García Medina, Ramiro, Memoria inédita, Camagüey, 1999-2000, p. 44

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Noticias: Huellas frescas del legado catalán en Cuba
Enviado el Martes, 7 de Julio del 2009 (16:13:30)
Estudios del CaribeDesde ayer se celebra en Cuba el programa La huella catalana en el Caribe, una iniciativa de la Casa América Cataluña, la Fundación Ramón Llull, con el auspicio de la Gobernación de la Generalitat de Cataluña • Abierta al público la exposición Barcelona-La Habana, el espejo modernista, de la fotógrafa Pilar Aymerich y bajo la curaduría de la historiadora Isabel Segura • Presentado el volumen La saga de los catalanes en Cuba, de Joan M. Ferran

http://laventana.casa.cult.cu/modules.php?name=News&file=article&sid=4973

Anónimo dijo...

Lo primero y mas constructivo que debemos hacer los espanoles es tratar de ver la realidad tal cual es, deja la envidia a un lado, el creernos que somos la gran cosa y que cuba depende de nosotros, cuando todavia somos en realidad unos mantenidos de la union europea.

Solo si somos humildes podemos ganarnos el aprecio de los cubanos, un pueblo de indiscutible empuje y creatividad que si se nos une en una sola nacion puede se factor para que recuperemos nuestro maltrecho orgullo y autoestima.

Si somos humildes creceremos con la ayuda de cuba y de su poderosa clase profesional y empresarial residente en los Estados Unidos.

Si pretendemos hacernos los perdonavidas y los financistas de la recuperacion de cuba cuando seguimos siendo en reliadad unos mantenidos de la union europea, lo estropearemos todo.

Viva cuba y espana,
Lucho de Borbon

Opinador dijo...

@Al último anónimo: Tu no eres español (entiendase, los que en la actualidad son reconocidos como españoles), en España escribimos con "ñ" y no decimos "financistas". Creo que está claro quien eres en realidad. ¿Porque no has utilizado tu identidad verdadera (la de usuario registrado en blogger.com) para decir eso mismo que has dicho?

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