Crée usted de que Cuba estaría mejor como:

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Domingo Cuadriello, un "detective" tras las pistas del exilio español en Cuba

Concepción M. Moreno

(Foto de Jorge Domingo Cuadriello)

Madrid, 25 nov (EFE). - Contra la tesis extendida de que el exilio republicano español en Cuba fue "insignificante o irrelevante", el investigador literario y narrador cubano Jorge Domingo Cuadriello siguió las huellas de esa diáspora en una "labor detectivesca", como él la define, para su última obra.

"Ese rastreo fue exhaustivo porque como mi propósito era probar que ese exilio fue importante, tenía que demostrarlo de una forma convincente", explica en una entrevista concedida a Efe con motivo de la presentación en España de "El exilio republicano español en Cuba", editado por Siglo XXI.

A lo largo de más de 600 páginas, Domingo Cuadriello estudia las circunstancias históricas y socio-económicas de la llegada de los españoles que abandonaron el país a causa de la Guerra Civil española (1936-39) y su labor dentro de la sociedad cubana.

Pero su gran aportación a la bibliografía de este éxodo es la relación de 500 fichas biográficas, para lo que, además de su interés académico, siguió "un impulso sentimental", pues su padre, de origen asturiano, luchó en el bando republicano, estuvo preso y, aunque no fue propiamente un exiliado, dejó España en 1953 "porque no se sentía a gusto bajo la dictadura de Franco", detalla.

"Pude apreciar, tanto en él como en otros exiliados, que fue un trauma para ellos imposible de superar, una fractura en la existencia de ellos de la que muy pocos lograron recuperarse", comenta en los días previos a la presentación de este libro, en Madrid, el 1 de diciembre, y en Barcelona, el 2.

Para esa labor, Domingo Cuadriello dedicó 15 años de su vida, en los que alternó esta investigación con otros estudios profesionales, a seguir huellas para unir las piezas cubanas de ese rompecabezas que fue el exilio español en Latinoamérica.

"Donde radicó el gran peso del exilio fue en México, cuyo gobierno fue extremadamente solidario con el republicano. México fue un imán" para las personalidades políticas, asevera el autor, aunque recuerda que fue en Cuba donde Álvaro de Albornoz (presidente del gobierno de la República en el exilio) fundó la revista "Nuestra España", primera publicación periódica de los exiliados en América.

Nombres como los de la pensadora María Zambrano, el escritor Juan Ramón Jiménez o el abogado y pintor Juan Chabás se pasean por las páginas de este libro junto a los de otras personas menos conocidas, entre quienes figuran algunos que, históricamente, jamás fueron considerados exiliados por tener partida de nacimiento cubana.

"Hay que recordar que fue colonia española hasta el 1 de enero de 1899 y, al término de la dominación, muchos de los funcionarios establecidos allí regresaron a España y llevaron a sus hijos. Luego les sorprendió la guerra y muchos acabaron en campos de concentración en Francia. Ahí toman conciencia de su nacionalidad cubana y se trasladan allí", aclara sobre ese asunto", señaló.

Pese a que Domingo Cuadriello destaca que el pueblo cubano tuvo "una actitud muy solidaria hacia la causa republicana", la situación económica del país al término de la Guerra Civil española hizo que la inserción de los exiliados no fuera "muy favorable".

En este estudio, también se destaca el papel de los españoles en el periodismo escrito, la llegada de curas "que condenaban la acción militar de los rebeldes", según el autor, o la importancia de arquitectos como Martín Domínguez, que integró el equipo de constructores del edificio Focsa (1956), el más alto de Cuba.

Pero Domingo Cuadriello no se atreve a resaltar un caso sobre otro porque "cada historia de vida de estos exiliados es peculiar", por lo que deja que sean los lectores quienes, desde ahora, valoren si las pistas que él siguió como detective llevan a la demostración de la valía del exilio español en Cuba. EFE


Colaboracion de Alila Barreras de Alila's Web

La Hipocresía de las Naciones. Por Pedro Ramón Sánchez Peinado

(Hola Amigos:
Hoy os envío un artículo sobre cómo algunas veces de buenos que somos nos las dan todas en el mismo sitio. Donde nos duele. Eso nos pasó con Cuba, Filipinas y Puerto Rico. Espero que lo disfruteis.)
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El día que Bernardo de Gálvez tuvo la ocurrencia de apoyar la Independencia de los Estados Unidos más valía que se hubiera quedado calentito junto a la estufa. Y es que el amigo Gálvez, seguramente espoleado por los acontecimientos durante los cuales pateamos y bien, el culo a los británicos en Cartagena de Indias de manos del glorioso Blas de Lezo, se lanzó a fastidiarles apoyando a las trece colonias que serían más tarde los Estados Unidos de Norteamérica.

El caso es que Gálvez, cuando en mil setecientos setenta y nueve bloqueó el puerto de Nueva Orleans para impedir el paso de buques británicos por el Mississipi, seguramente no sospechaba, ni de lejos, que estaba abriendo una caja de pandora que sólo ciento nueve años más tarde nos afectaría de lleno. Y ésta vez la esperanza no se había quedado dentro. Se había ido diciendo adiós muy buenas. Por que seamos serios, una cosa es hacérsela a los ingleses a los que odiabamos con razón y otra quedarse a verlas venir con un país que sí, que quiere librarse de ellos, pero que esta formado por los mismos malditos bretones de los que desean librarse. O sea, que los ingleses y sus descendientes son asi de traicioneros, sino te la hacen a la entrada, te la dan a la salida.

Vale, si, reconquistó las dos Floridas a los chungos ingleses y consiguió dilatar un poco más nuestra estancía en el Estado del sol, pero a cambio de municiones, apoyo militar y darle sacudidas a los bretones, los estadounidenses nos la jugaron pero que muy bien jugada.

Y es que España es así. Damos la mano a quien más tarde nos la va a morder, nos va a comer la misma hasta el hombro y encima nos da palmaditas en la espalda diciendo, "venga que no es para tanto". El caso es que esos mismos Estados Unidos que no hubieran nacido sin el apoyo español fueron los que despojaron a España de sus últimas posesiones en ultramar en mil ochocientos noventa y ocho. Una gracia. Para cuatro trozos que no se nos habían independizado, van los yanquis y nos dicen, "mirad, sabemos que llevais muchos años aqui y tal, pero no queremos colonialistas europeos, asi que Spain Go Home" y claro. España que tuvo un par de redaños les dijo "Si y un huevo"

Claro, que para entoces nuestro ejercito era una milicia de la Señorita Pepis enfrentandose a la crême de la crême de los ejércitos. Nosotros seguíamos con nuestras nueces flotantes, en mal estado, que flotaban de pura chiripa y los norteamericanos tenian sus novísimos acorazados, rápidos, relucientes, armados de cañones hasta los dientes y con unas ganas de gresca que riete tú de los ingleses en Trafalgar. Ellos tenían tropas fogueadas en la reciente Guerra de Sucesión con armamento de última generación, casi como ahora que nos llevan siglos luz. Gentes profesionales que iban de paseo mientras nuestras tropas, de reemplazo obligado, mal equipadas y peor alimentadas los veían venir a bayoneta calada con una sonrisita en los labios de puro miedo y con el único consuelo de "Por Dios y por España". Seguro que mas de mil y mas de dos mil aquel día se hicieron ateos por convencimiento.

Cuba, Puerto Rico, Filipinas y Guam. Ese fue el balance en el Tratado de Versalles. Los Yanquis se habían reido de los que más les apoyaron en su guerra de la Independencia pagándonos con la misma moneda con la que nosotros habíamos pagado a los ingleses. Y es que el refranero español, de sabio, es odioso. "Cuando las barabas de tu vecino veas cortar, pon las tuyas a mojar". Lo estabamos viendo venir, pero no lo reconocíamos. Y así nos fue. Nos dieron la del pulpo. Vamos, que si no salimos de allí quizás estariamos todavía recibiendo hostias. Pero podemos decir que tuvimos los santísimos de declararle la Guerra a los Estados Unidos. Si, la perdimos. ¿Y que? No todos los dias se sale en los libros de historia cómo el país mas inconsciente del mundo.

Del Blog C.S. Peinado

Mi opinión hoy miércoles 25 de noviembre.

No queda dudas al plantear lo manipulada que ha estado siempre la historia de Cuba. Empezando por los lectores de las Tabacaleras, que les decían cosas exageradas y distorsionadas, para recoger dinero y manipularlos a favor de los separatistas, hasta la prensa norteamericana que distorsionó la realidad, diciendo que a Maceo lo habían engañado y después asesinado, etc. Todo siempre manipulando a la población con mentiras.

La historia de Cuba la escribieron historiadores que participaron o al menos simpatizaron con los separatistas o anexionistas. Los autonomistas quedaron relegados a cero, se tuvieron que ir incorporando al nuevo gobierno, pues no había formas de dar marcha atrás, ni de recordar algo tan triste, como fue la perdida de la Comunidad Autónoma de Cuba, después de haber ganado la guerra y comenzado esta. No les dieron tiempo a avanzar en esa nueva empresa que ya quería la mayor parte del pueblo cubano.

Los mambises estaban destruidos. Lideres como Marti, Maceo, Agramonte, Panchito Gómez Toro, etc. ya estaban muertos. Las tropas harapientas, sin dinero, las personas ya que no querían más guerra y los mambises habían destruido la economía del país. El General Máximo Gómez fue el mayor culpable. Para mi la Tea Incendiaria fue un crimen que de haber sido justos los historiadores, lo hubiesen llevado al basurero de la historia. Fue quien mas daño causó a Cuba y además ni siquiera era cubano. Acabar con los ferrocarriles que tanto orgullo nos daban, pues España los construyo en territorio cubano antes que en la península (eso dice de mucho del amor hacia Cuba), los telégrafos. Matar las reses, quemar los ingenios, los sembradíos, y por ende trajo una hambruna a Cuba que fue la causante de tantas muertes por inanición, además de la viruela. Todo eso trajo una respuesta dura por parte del General Weyler, pero no había otra. Cuba era España y había que defender a España. Esto no quiere decir que yo quisiera que quitaran el monumento de Máximo Gómez en La Habana, pues esta muy bonito y uno lo ve como una obra de arte de un hombre en un caballo y ni le interesa la figura. No así con los monumentos al Che, pues eso es historia reciente y hay muchas heridas sin cicatrizar.

Los mambises cayeron en la trampa que les tendió EU, y fueron los causantes de que después de la invasión norteamericana y separación de España, llegáramos a ser colonia y a ellos los jubilaron para que no participaran en el nuevo gobierno. Los mambises hicieron mucho daño en Cuba, pues no hay que destruir al país solo para que España perdiera interés en el, eso es lo mas estupido que he visto. La economía de una país hay que protegerla por encima de todo, solo los enemigos la destruyen.

La culpa fue de ambos lados. España se demoró en equipararnos con los peninsulares, pues Cuba (aunque éramos españoles de nacimiento), no era igual, teniendo una esclavitud que estaba prohibida en la península, y cuando logramos lo que pedíamos, llegó EU y nos separó a la fuerza.

Ahí todos nos creamos un Karma negativo de grupo, como he dicho en ocasiones anteriores. A todos no ha ido mal. España tuvo una dictadura de casi 40 años y Cuba dos, de más de 55 años. Ambas poblaciones están muy divididas y tal parece que no tienen solución, pero los Karmas siempre se acaban cuando se neutralizan, por eso es que creo, que con la reunificación de Cuba a España, ambos nos beneficiaríamos y renacería el orgullo español cuya perdida por una parte de la población española, es la causante de tantos males. Por otro lado, los cubanos por si solo no vamos a ponernos de acuerdo nunca. Hay que ver los videos de las represiones contra disidentes pacíficos, para darte cuenta de que clase de cubanos tenemos del otro lado. Pero la democracia es para todos, y todos podemos convivir juntos cuando hay respeto. Creo que la España del futuro con un Karma neutralizado, puede lograr maravillas. Cada comunidad con sus costumbres y sus idiomas las que lo tengan, pero por encima de todo el ser ESPANOL y el HIMNO y la BANBERA en primer lugar. Sentirnos orgullos de ser un solo país y construir un futuro para todos con las mismas oportunidades y acordándonos de los mas pobres y necesitados.

GUERRA DE CUBA Y PRENSA DE HEARST‏. Por Miguel Leal Cruz (Cuarta Parte y última)

III.-WEYLER EN CUBA, ÉXITOS PRELIMINARES. (Final)
Periodismohistoricosl.blogspot.com

Tras la muerte de Maceo, el general Weyler muy optimista al considerar pacificada la parte oeste de la isla, puso en práctica su plan preconcebido cual era asediar las fuerzas de Máximo Gómez, que se hallaban estacionadas en la parte central y oriental. Incluso antes de la muerte del líder negro, Weyler creyendo próxima y definitiva la pacificación occidental, dictó una orden el 19 de diciembre, por la que pensaba poner en ejecución la táctica ya planeada de invasión de oriente, de la que entresacamos: ... Mi propósito es que, durante mi estancia en Pinar del Río, no quede un lugar o una montaña sin haber sido atravesada por la correspondiente columna —se refiere a las provincias de Habana y Matanzas, con la intención de operar rápidamente a su regreso de la zona de Pinar del Río—, y que se haya acampado en los sitios real mente sospechosos... Era su objetivo peinar la zona con el propósito de evitar obstáculos en su próxima salida hacia Santa Clara y Camagüey.

En cambio, Máximo Gómez, había recibido la noticia de la muerte de Maceo junto a su propio hijo Francisco, que como se dijo pretendían reunirse con él y a su requerimiento, hallándose en Oriente; creyendo que ambos habían sido asesinados e informado por la prensa de Hearst y a instigación, se dispuso a moviliza sus fuerzas para atacar a los españoles. Con ferocidad y fuerte resentimiento dirigió gran cantidad de cubanos hacia la trocha de Morón-Júcaro, para internarse en Matanzas, cambiando su táctica, estática hasta aquel momento. Efectuará fuertes destrucciones económicas, quema de cañaverales, y pasará a la de la acción directa. Aspecto este que favorecía los planes de Weyler. Pero desde su posición privilegiada en Oriente, controlado eficazmente por el general Calixto García, y desde el cuartel general de Gómez en Camagüey —casi la mitad de la isla estaba controlada en este momento a excepción de las ciudades—, el general cubano llevó a cabo la llamada Campaña de la Reforma entre Las Villas y Camagüey, ocupación que se efectuó con tanta contundencia que las numerosas tropas del general español no pudieron tomar aquel pequeño territorio defendido por un pequeño número de soldados cubanos, a decir del propio General Gómez, pero no el periódico El Diario de Tenerife, citado.

En Oriente, Calixto García obtiene a principios del verano el éxito en la toma de la Ciudad de Victoria de Las Tunas y Guisa, importantes centros de abastecimientos y operaciones del ejército español, ciudades en las que los rebeldes cubanos lograron un importante botín en material de guerra e incluso numerosos prisioneros (comprobado en gran mayoría “isleños).

Máximo Gómez, a principios de junio, siguiendo con su nueva táctica de ataque a los españoles, se desplaza hasta Jinamaguayú en la provincia de Camagüey, desde donde prepara y obtiene la victoria de Saratoga, contra una columna española que le buscaba. Generalizada la batalla, en la tarde-noche del día 9, con fuerte acoso de la artillería española, Gómez dispone que se acose al enemigo durante toda la noche a través de guerrillas, mientras otras cortaban la alambrada que impedía el ataque directo contra las columnas españolas, único modo de cargar a machete. Sin embargo, Gómez ordena la retirada refugiándose en el batey de la finca Saratoga, donde son acorralados durante más de treinta horas, esperando refuerzos, pero sorprendentemente los españoles emprenden la retirada[15] a requerimiento de la Superioridad por el camino real que va a la ciudad de Puerto Príncipe (Camagüey).

Las circunstancias de la guerra hispano-cubana, no marchaban lo bien que deseaban los insurrectos y cubanos favorables a la independencia. Los contundentes éxitos de las fuerzas de Weyler —en número, formación, armamento y disciplina, muy superior— marcaban el curso de los acontecimientos hacia el triunfo en estos momentos, junio, julio y agosto de 1897.

A tal respecto Hugth Thomas apunta que... El optimismo español había crecido... A principios de verano el único cabecilla rebelde destaca do que quedaba en el oeste de Cuba, Quintín Banderas, se hallaba rodea do. Máximo Gómez, en Santa Clara, no tenía muchos seguidores... y sola mente la región de Oriente, fuera de las ciudades, era lo que quedaba a Weyler por someter..., por aquellas fechas[16]. Sin embargo, añade, “el costo de la guerra en hombres y dinero.., y conocido el peligro, siempre latente, de intervención de los EEUU, era motivo para la incertidumbre, aun teniendo en cuenta los claros éxitos militares españoles en Cuba...”, y también en Filipinas.

La carta que el presidente de la junta cubana en Nueva York, Estrada Palma, escribió el 17 de junio al General Calixto García, en contesta a otra suya en que pedía “ayuda” para la guerra contra España, es sumamente esclarecedora: “Comprendo..., le decía, su difícil situación. La verdad es que las fuerzas de Oriente y Camagüey son las únicas que se han movilizado en su totalidad, tanto en esta guerra como en la pasada —de 1868 a 1878—. Recordará Vd. que el general Rolov (padre) tuvo la idea de cruzar desde Las Villas hasta Camagüey para armarse y disponer allí un convoy de municiones. Desde luego, los hombres sin armas no pueden ahora cruzar la trocha.., de no ser así esa habría sido la manera racional de incrementar las fuerzas de las Villas... Ahora estoy haciendo una especial petición de fondos a los emigrados. Tengo poca confianza en el resultado por que, en realidad, aquellos a quienes les ayuda algún valor patriótico tienen unos recursos financieros cada vez más pequeños, y los ricos, con pocas excepciones, son sordos a la voz del deber. Muchos de ellos, sin duda, verían con gusto un nuevo sometimiento de Cuba a España...”.
La única ayuda efectiva para la revolución cubana en estos momentos, era la prensa yanqui-americana y las continuas protestas del Secretario de Estado, Sherman, ante el gobierno español por los métodos de Weyler, a la que España contestó indicando “que si bien la guerra era dura, también había sido la civil americana, y se refería, a la invasión de los generales Hunter y Sheridan por el Shenandoah, a las actividades del general Sherman en Georgia, y a otros puntos oscuros de la historia de los EEUU”. El mismo general Sherman, ya anciano, había defendido la política militar de Weyler, justificándola ante la táctica destructora de Máximo Gómez y de sus fuerzas mambisas que le recordaba la presunta actuación “criminal” de las tribus indias americanas.
Al comienzo de julio, este general, impotente, se encamina hacia provincia de Oriente, donde tuvo que mantener la disciplina, decaída desde algún tiempo, acompañado de la conducta ambigua de numerosos comerciantes, poniendo orden y remedio, y procediendo a la destrucción de bienes económicos, que por pertenecer a familias extranjeras, en principio afines a la Revolución, no habían sido destruidos con anterioridad. Regresó nuevamente a Camagüey, después del fatídico mes de agosto para la causa española por el asesinato del presidente del Consejo de Ministros Cánovas del Castillo, día 8 en circunstancias históricas no suficientemente investigadas, para atacar y poner sitio al pueblo de Cascorro en el momento en que el general en jefe Valeriano Weyler, se hallaba ya bajo “la espada de Damocles” para su destitución y relevo, en octubre del mismo año. No lo fue por motivos militares exclusivamente, sino netamente políticos y de presión yanqui-americana. Es digno de mencionar el entendimiento entre el anarquista italiano Angiolillo con elementos cubanos antiespañoles y que tras una previsible entrevista en Londres días antes de cometido el asesinato del político conservador español, hacen que la teoría tome forma. Hoy nadie duda la relación entre el asesinato de Cánovas y la guerra.

A partir de estos momentos, siguiendo los hechos, España perdería la contienda de Cuba a pesar de las medidas de buena voluntad que siguieron a la destitución de nuestro protagonista.
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[15] Fuerzas Armadas Cubanas, La Habana, 1971 p. 449, 450 y s.
[16] Hugth, Thomas: Cuba la lucha por la libertad. Vol. 1, México, 1973, p. 455.

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