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miércoles, 6 de abril de 2011

Cuba, desde los orígenes hasta el criollo. Segunda Parte y Final.


(Foto de Internet)
"Hay algo en lo que no estoy de acuerdo con el escrito a continuación, y es que habla de la Nacionalidad cubana como consecuencia de algo que no es más que un regionalismo desde mi punto de vista, como cualquier comunidad autónoma de España, estoy seguro que las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla son muy diferentes a la Comunidad  Autónoma de Galicia o Cataluña etc., y todas son España. Además, si en Cuba se mezclaron culturas fue porque España así lo permitió, trajo a los africanos a trabajar y permitió que los franceses emigraran a la Isla después del a Revolución de Haiti, etc. Somos el resultado de España. J.R.M.”
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Durante todo el siglo XVI se van conformando las características típicas del criollo y en ello influyen las transformaciones sociales que van ocurriendo en esos años. Ya para fines del XVI e inicios del XVII encontramos en Cuba tres culturas, que se van mezclando y aportando sus características esenciales.
Debieron mediar años, no menos de una generación, para que se extendiese, de nuevo, el proceso de acriollamiento. No obstante esta masiva introducción de nueva población enriqueció el mosaico étnico cubano y amplió su horizonte cultural. Este fue el período en el cual se inició la verdadera conquista del espacio geográfico cubano.
El proceso resultará más intenso, al inicio, en Occidente, ya a mediados del XIX en el Centro y solo a fines de ese siglo y las primeras décadas del XX en el amplio espacio camagüeyano oriental. En estos lugares van conformándose los grandes complejos socioeconómicos regionales que configuran economías, comportamientos sociales y culturas regionales, los mismos van conformando redes interactuadas de zonas productivas especializadas, pueblos, villas, ciudades y ciudades-puerto.
Dos aspectos son esenciales en la comprensión de las características de este movimiento económico social: la desigualdad entre unas y otras es el resultado de su mayor o menor inserción en el comercio de exportación y en la capitalización obtenida en el período anterior o en la época; segundo, la composición racial de cada zona productiva está directamente relacionada con el tipo de producto que desarrolla. La población negra es mayor en las zonas que desarrollan las plantaciones azucareras, cafetaleras; las blancas, en las zonas ganaderas y tabacaleras.
De esta manera, de la mezcla de culturas se va formando un hombre nuevo, dado además por la política que sigue la metrópoli para con la colonia. La Isla llegó a convertirse en una de las colonias más prósperas del continente por sus productos fundamentales muy codiciados entonces: el azúcar y el tabaco.
Primero olvidada y más tarde mimada, la siempre fiel isla de Cuba era un flotante crisol de cultura en el mar Caribe. Era el sitio de encuentros y reuniones de la Gran Flota de Indias que llevaba riquezas a todo el continente y a Europa, a España fundamentalmente.
Sin embargo, la noción de nacionalidad fue germinando de forma insensible desde temprana edad. El criollo busca la reafirmación de su Yo a partir del paradigma de lo español, Moreno Fraginals denomina esto como "el juego de las comparaciones".
El siglo XVIII ha sido denominado como el Siglo de las Luces, el Siglo de la Razón, el Siglo de la Ilustración. Para Cuba sobre todo en sus décadas finales, resultó un siglo de cambios estructurales profundos; consecuentemente, fue también el de sus primeras manifestaciones científicas, culturales, filosóficas; es decir, el de sus primeros movimientos intelectuales. Época de hallazgos y abandonos, de encuentros y desencuentros. Fue el Siglo de la Ilustración esclavista y también, el de la racionalidad del sentimiento del criollo.
En la segunda mitad de la centuria dieciochesca se desarrolla en Cuba un proceso económico-social e ideológico en extremo complejo por vías que asume, por el modo particular de proyectar sus ideas y, sobre todo, por subvertir la composición social y los paradigmas de la sociedad criolla. Este proceso se caracteriza por las profundas remociones del aparato político administrativo; la libre y masiva introducción de esclavos africanos; la reorganización agraria y el auge de la plantación esclavista; la desarticulación demográfica de la sociedad criolla y, en consecuencia, su remodelación sociocultural; la creciente inserción cubana en el mercado mundial capitalista con sus producciones básicas, llegando la Isla, en 1825, a ser la primera productora del oro dulce.
Durante el siglo XVIII en la literatura existen rasgos de identificación con la naturaleza:
Silvestre de Balboa "Espejo de paciencia": Es un poema épico-histórico, del renacimiento, escrito en 1608, basado en un hecho real ocurrido en 1604donde se utiliza por primera vez la palabra criollo, para designar al nativo de la Isla, hay un fuerte sincretismo religioso y cultural: ritos africanos, aborígenes ( se le ofrecen frutas al Obispo por las deidades occidentales. Expresa la debilidad del indio y la fortaleza física del negro.
1. Manuel de Zequeira "Oda a la piña" Es una obra con influencia del renacimiento, de estilo neoclásico que se acerca a la naturaleza de Isla, hacen alusión a Patria como tierra nativa. Con ella nace la poesía narrativa. Hay alusión a la mitología greco-latina. Es un canto a lo criollo.
2. Manuel Justo de Rubalcaba "Silva cubana". Obra dedicada a las frutas de la Isla con elementos mitológicos. No se trata de describir las frutas sino que se contraponen a las frutas de Europa. Primer poeta insurgente, la primera insurgencia literaria, el primer separatismo inconsciente.
Sobre estos estilos literarios y sobre esta criollidad, Cintio Vitier, en "Lo cubano en la poesía" planteó:
"Antes que empiece la pelea de los árboles se inicia el contrapunteo de las frutas. Las de la Isla son más suaves, fragantes y exquisita, pero esta retórica superioridad lo que en el fondo perfila es el primer contraste sensible: el de la naturaleza. El separatismo empieza inconscientemente por la idiosincrasia de los dones..."
Aunque en el siglo XVIII no podemos hablar de una cultura nacional, sí de la existencia de los rasgos de una cultura dominante criolla, que fue el resultado del ascenso y consolidación social de la oligarquía criolla que ya tiene la suficiente fuerza económica y social como para reconocerse a sí misma y pretender un lugar dentro de la estructura colonial española. Pero en este camino tropieza con los grandes grupos metropolitanos que brindan una visión peyorativa del criollo o nacido en América. La respuesta de este grupo en su proceso de reafirmación clasista fue historiar su propia historia, así surgen los primeros historiadores y con ellos los primeros textos de historia:
Pedro Agustín Morel de Santa Cruz "Historia de la Isla y Catedral de Cuba". Obra incompleta, se publica por primera vez en 1929. Primera obra historiográfica que señala los orígenes del criollismo.
Nicolás Joseph de Rivera "Descripción de la Isla de Cuba". En 1752 marcha a España y allí escribe esta obra en el año 1757. No fue conocida por generaciones. El propósito de la obra es contribuir al desarrollo del comercio y la industria de la industria azucarera de la Isla. Fue el primero en presentar un proyecto reformista para Cuba a España, con él señala la geografía, animales y costumbres de la Isla, caracteriza sus pueblos. Enfatiza en la parte económica de Cuba, en sus cinco capítulos. Va descubriendo virtudes y defectos, propone reformas que serían analizadas por la generación del 92: inmigración controlada blanca, y libre entrada de esclavos ( defensa de la esclavitud. Expresa el desarrollo económico de la Isla basado en el azúcar y el tabaco. Señala soluciones al comercio de contrabando, se opone al monopolio de la Real Compañía de Comercio de La Habana, a la política despótica en Cuba, va descubriendo el sentimiento localista que se iniciaba en Cuba. En Rivera hay un pensamiento criollo que defiende a una clase que va naciendo.
José Martín Félix de Arrate "Llave del nuevo mundo. Antemural de las Indias Occidentales". Fue una obra muy conocida. Lleva el proyectismo a la historia. Es una obra historiográfica que recoge la Historia de Cuba desde los orígenes hasta el XVIII. Con esta obra se dan los primeros pasos hacia el reformismo. Fue defendida por José Agustín Caballero de todos las críticas. Omite el corso y la piratería, las consecuencias de la esclavitud, las obras de los cronistas, no profundiza en la agricultura de la Isla. Es representante de la alta sociedad cultural y del criollismo. La obra es uno de los momentos más grandes de la historia, pero refleja la conciencia de sí ( no para sí) del criollo. A pesar de expresar las consecuencias de la esclavitud para la Isla a pesar de compartir la idea esclavista. Reconoce como criollo al blanco y al mestizo. Recoge el concepto de Patria referido a Cuba.
Sobre Arrate Julio Le Riverend plantea:
"claridad y profundidad en la obra. Hay dos cuestiones básicas: la esclavitud y el criollismo. Es una obra patriótica. Precursor de la ilustración en Cuba. Es representación intelectual de un momento de la historia. Está expuesta a la polémica, posee un estilo neoclásico, distingue la diferencia entre Nación y Patria. Su principal limitación es su estreches de miras, responde a los intereses de su clase. Hay interés por lo criollo pero deja constancia de su españolidad."
Estas tres obras dan la importancia de Cuba para España, resaltan los intereses de la aristocracia burguesa criolla.
Este amor a la naturaleza, a la tierra que le vio nacer fue llevando al criollo hacia una identificación con todo lo que le rodea, surgiendo así hacia el XVIII el sentimiento de identidad del criollo con su pedazo de tierra, como primer eslabón esencial para el surgimiento de la Nacionalidad Cubana.
Esta identidad del criollo se ve reflejada muy bien en la defensa de la villa de Guanabacoa dirigida por Pepe Antonio, ante la toma de La Habana por los ingleses en el año 1762. Esta cultura, la inglesa, se mantuvo en la isla hasta 1763 brindándole grandes aportes a nuestra nacionalidad:
  1. Desarrollo de la unidad económica: la industria plantacionista azucarera. Debido al auge de la exportación del producto y al auge del número de esclavos.
  2. Favoreció que nacieran los sentimientos de patriotismo local como primer escaño para la formación de la nacionalidad cubana.
Ya en este período se va a acentuar en el criollo los sentimientos de identidad.
¿ Qué va a caracterizar al criollismo del siglo XVIII?
  1. El criollo es sujeto de un pensamiento autóctono.
  2. El criollo toma conciencia de sí mismo. Sin embargo no niega su españolidad, pero se autorreconoce como algo diferente al español.
  3. Aparece el concepto de Patria referido al ámbito geográfico cultural que lo rodea.
  4. Emerge una conciencia histórica regionalizada, pero que expresa el arraigo del criollo a la tierra como primer peldaño en el proceso de formación del cubano.
  5. Desarrolla un sentido de pertenencia a una comunidad de intereses y aspiraciones a fines.
  6. Exaltación de los encantos de la naturaleza insular y su fertilidad. (identificación con su medio.
  7. Exaltación de las cualidades físicas e intelectuales del criollo y su capacidad del servicio.
  8. Defensa de los intereses del patriciado criollo frente a los centros hegemónicos de poder. ( contradicciones entre las diferentes regiones debido a la superioridad que se les da a otros.)
  9. Formación del primer cuerpo de reformas para la Isla.
  10. Por su contenido y expresión formal, el pensamiento criollo del XVIII es un puente entre la escolástica y la ilustración.
  11. La cultura criolla surge en cierta oposición con la escolástica y la hispanidad, a la par que es un producto de ellos.
  • El hecho de que surja una comunidad propia implica un rompimiento con el poder de la escolástica y la unidad del imperio. La cultura criolla es resultante del contexto escolástico en que se desarrolla y apunta hacia un puente con la ilustración.
En el proceso de formación de la nacionalidad, influye otra cultura que llega a Cuba a fines del XVIII. , la cultura franco haitiana. Como franceses entraron a Cuba criollos blancos, mestizos, negros y mulatos esclavos.
El gobierno español siguió los consejos de Arango y los estableció como colonos en el Oriente de Cuba, en zonas inhóspitas, fundamentalmente en la serranía alrededor de Santiago de Cuba. Allí se desarrollaron pequeñas industrias e influyeron positivamente en la cultura popular.
¿Qué aportó la cultura franco haitiana?
  • Crearon academias para enseñar francés y a tejer.
  • Improvisaron teatros.
  • Dieron ejemplos constantes de su laboriosidad.
  • Se desarrollaron como maestros de azúcar, mayorales.
  • Los que tenían ingenios fomentaron ingenios y capitales franceses en el occidente y centro de la Isla
  • Costumbres culinarias: pimienta dulce, chavote.
  • Lenguaje popular: C’est le coise ( eke le kua), Pierre, desavillet, Maurice, Dumuois.
  • Música: tumba francesa y la contradanza.
CONCLUSIONES.
La formación del criollo tiene sus primeros gérmenes en la mezcla de tres culturas que conforman el tronco de nuestra identidad: la aborigen, que aportó fundamentalmente elementos del lenguaje y algo de su dieta alimentaria; la española que brinda una amplia gama cultural y que se mezcla con nuestros primeros habitantes brindándole una gran influencia castellana y la africana que llega a Cuba desde fines del siglo XVI, cobrando en el XVII y XVIII debido al bun azucarero y que influye con sus cultos religiosos y algunos elementos del lenguaje.
Así nace un hombre autóctono, en el que prevalece su amor por la naturaleza insular, a pesar de que aún no niega su españolidad, ese hombre nuevo es el que conocemos como criollo.
Este criollo va manifestando sus ideales a través del arte, la literatura y la historia. Su ideología va madurando en la medida que crece su identificación con la naturaleza, con su suelo, en la medida en que sus deseos de reafirmarse como algo diferente, nuevo y superior cobra fuerza.
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